Y hacia allá me fui... tome el metrobus y me baje en la puerta. Entre como pidiendo permiso. Me recibió un guardia, quien me oriento por donde empezar y me advirtió que no sacara fotos con flash en el museo del lugar.
El complejo no tiene nada de, valga la redundancia, complejo. Un camino casi recto conduce al visitante hasta la gran pirámide, de unos 100 metros de ancho por otros 25 de alto.
Seguí el sendero que conduce a la cima de esta pirámide, semicubierta de pasto aun, y allí me senté, disfrutando de un silencio único, un silencio que creí nunca encontrar en esta descomunal ciudad.
Me quede una hora tirado en el pasto, escribiendo un poco, mirando a unas ardillas comer a menos de dos metros de mi. Me quede disfrutando de la paz.
Caminé por los distintos senderos y entré al museo, que si bien era chiquito tenia lo suficiente para entender un poco más de este lugar, tan poco estudiado y del que no se tienen muchas certezas. Lo que si es seguro es que el fin de la ciudadela llegó con la erupción del volcán Xitle, que derramó un torrente de lava que destruyó todo a su paso, formando el extenso campo, declarado reserva natural, conocido como "el Pedregal" de San Angel.
Jorge Luis Borges describió en su relato Las Ruinas Circulares una pirámide circular más vieja que el tiempo, coronada por un templo al dios del fuego. ¿Será el monumento en cuestión esta impresionante ruina de forma circular?
Al rato me volví a casa con una certeza... la próxima vez que necesite paz, ya se donde encontrarla...
El complejo no tiene nada de, valga la redundancia, complejo. Un camino casi recto conduce al visitante hasta la gran pirámide, de unos 100 metros de ancho por otros 25 de alto.
Seguí el sendero que conduce a la cima de esta pirámide, semicubierta de pasto aun, y allí me senté, disfrutando de un silencio único, un silencio que creí nunca encontrar en esta descomunal ciudad.
Me quede una hora tirado en el pasto, escribiendo un poco, mirando a unas ardillas comer a menos de dos metros de mi. Me quede disfrutando de la paz.
Caminé por los distintos senderos y entré al museo, que si bien era chiquito tenia lo suficiente para entender un poco más de este lugar, tan poco estudiado y del que no se tienen muchas certezas. Lo que si es seguro es que el fin de la ciudadela llegó con la erupción del volcán Xitle, que derramó un torrente de lava que destruyó todo a su paso, formando el extenso campo, declarado reserva natural, conocido como "el Pedregal" de San Angel.
Jorge Luis Borges describió en su relato Las Ruinas Circulares una pirámide circular más vieja que el tiempo, coronada por un templo al dios del fuego. ¿Será el monumento en cuestión esta impresionante ruina de forma circular?
Al rato me volví a casa con una certeza... la próxima vez que necesite paz, ya se donde encontrarla...
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