18 nov 2015
18 oct 2015
Maracaná
Caminabamos por las Calles de Rio, cuando empiezo a cruzarme a muchos hinchas del Flamengo en las calles.
Se me ocurrió preguntar si era porque esa tarde había partido en el Maracaná y ante la afirmativa no me quedó otra opción que cambiar el programa de ese día para ir a conocer uno de los estadios de fútbol más reconocidos del mundo.
Así que tomamos el subte y en media hora estábamos en la puerta del Estadio Mario Filho.
La idea era vivir la experiencia de ver el partido desde la hinchada del Flamengo, pero el ingreso estaba abarrotado de gente y si hacíamos la fila para comprar los tickets no íbamos a llegar a ver el comienzo del partido.
Así que optamos por la más fácil y sacamos entrada para sentarnos con la parcialidad visitante.
Se me ocurrió preguntar si era porque esa tarde había partido en el Maracaná y ante la afirmativa no me quedó otra opción que cambiar el programa de ese día para ir a conocer uno de los estadios de fútbol más reconocidos del mundo.
Así que tomamos el subte y en media hora estábamos en la puerta del Estadio Mario Filho.
La idea era vivir la experiencia de ver el partido desde la hinchada del Flamengo, pero el ingreso estaba abarrotado de gente y si hacíamos la fila para comprar los tickets no íbamos a llegar a ver el comienzo del partido.
Así que optamos por la más fácil y sacamos entrada para sentarnos con la parcialidad visitante.
Al ingresar uno ya se da cuenta que físicamente ya no es esa cancha en la que mas de cien mil brasileros fueron testigos del Maracanazo de Uruguay en la final del Mundial del 50. Las remodelaciones para el mundial de 2014 lo convirtieron en un estadio moderno, funcional y con todas las comodidades dignas de un estadio europeo.
El partido terminó 1 a 0 a favor del Inter de D'Alessandro y Licha Lopez y yo no pude ver el gol en vivo ya que en ese momento había ido a comprar un cerveza que al llegar a la caja descubrí que era sin alcohol.
Al escuchar el grito de gol me di vuelta y en todos los pasillos del estadio hay televisores coordinados unos segundos después para que en estos casos, puedas ver esas jugadas que te perdés cuando no estás en la tribuna.
Cuando promediaba el segundo tiempo por lo altoparlantes del estadio informaron que los hinchas visitantes tenían tiempo de salir del estadio hasta los 40 del segundo tiempo, caso contrario, deberían de esperar a que salieran todos los fanáticos del Flamengo para poder volver a sus casa.
Así que a los 39 emprendimos la salida por los amplios pasillos y dársenas que te depositan justo donde salen los subtes que nos llevarían de nuevo a la zona de Ipanema, donde nos estábamos alojando.
Gracias mi amor por acompañarme en este
sueño futbolero (y que vos disfrutaste más que yo) :D
5 oct 2015
14 ago 2015
Último tren al Mocambo
Desde el 20 de julio de 1995, cuando fui a mi primer recital, seguir donde sea a La Renga, Los Piojos, Caballeros de la Quema, Divididos o Catupecu Machu, entre tantas otras, se convirtió en mi actividad favorita de fin de semana.
El programa de los viernes era salir de la escuela, buscar en el Si! de Clarín qué shows había y rumbear para Locuras a comprar entradas para el show elegido, que podía ser en Cemento, Obras, el microestadio de Ferro, Atlanta, alguna sociedad de fomento o un gris club de barrio… pero había uno que era mágico, único: El Mocambo de Haedo.
Para los del Oeste, El Mocambo era nuestra catedral del rock, nuestro Woodstock a solo pasos del túnel de Haedo.
Corría marzo de 1996 cuando La Mississippi bautizó el escenario por el que luego pasarían bandas como Attaque 77, Babasónicos, Fun People, Bersuit Vergarabat, Viejas Locas, Los Cafres o El Otro Yo. El Mocambo era escenario fijo del circuito, EL lugar para tocar en el Oeste.
Para las bandas surgidas en la zona donde se dice que está el agite, tocar en el escenario de Remedios de Escalada 25 era legitimarse, era su “llegamos”. Algunas de aquellas bandas que hacían de local eran: Demente Caracol, Sueños Innatos, Einstein, La Zurda, Shambala o Árbol.
Como cantaba Vox Dei, todo concluye al fin. Cuando se terminaba el 2003, tras algunas denuncias de vecinos en la Municipalidad por ruidos molestos, Coco, el dueño, portero, barman, personal de limpieza, el alma del lugar, decidió cerrar el lugar.
La cita de despedida fue 28 de diciembre. Unas 500 personas esperaron frente a las vías del Sarmiento que abrieran las puertas para ver el último show. Cuando sonó el acorde final de Árbol, que por esos días era la banda sensación del rock nacional, empezó el duelo. Nos habíamos despedido para siempre del templo.
Nadie quiso irse del lugar sin su souvenir. Muchos somos los que atesoramos pedazos del escenario, sillas, lámparas, carteles y hasta alguna tapa de inodoro.
Hoy, donde antes había rocanrol, hay un coqueto restaurant boutique con cocina de autor (?), de esos que sirven lonjas de carne empanizada sobre colchón de verdes. Por suerte, aún quedan algunas paredes de la República Separatista de Haedo que atesoran la estampita de San Mocambo.
12 ago 2015
5 jul 2015
12 may 2015
Aviones aterrizando en Buenos Aires
Hace un tiempo que estoy cazador de ofertas en aéreos y muy fan de los aviones, las aerolíneas y los aeropuertos.
Ayer por twitter vi pasar este video y me pareció que está muy bien logrado y hace un mix muy lindo de aviones que vuelan por nuestro cielos y las avenidas más lindas de Buenos Aires.
DisfrutenloN
2 feb 2015
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